No os voy a engañar. Me gustó la serie Mad Men y, aunque nunca he trabajado en una agencia de publicidad, sus vicisitudes y los tratos con los clientes se parecen mucho a lo que yo he vivido trabajando en relaciones públicas y social media. Por eso he decidido homenajearles como mejor sé, con un post que refleja la realidad de la vida misma, así que allá va: 8 veces en las que Mad Men han entendido mi trabajo en el social media mejor que yo misma.
- Cuando tienes que hacer una presentación para un posible nuevo cliente demostrándole tus habilidades
Y no se te ocurra perder el ritmo
- Cuando te dicen que están hablando con otra agencia que les hace mejor precio pero es que es una cuenta chachi y no sabes si bajar las tarifas
Spoiler: no suele valer la pena bajar las tarifas porque siempre hay alguien más barato
- Cuando haces una actualización que piensas que va a machacar a una marca de la competencia
Spoiler: la competencia no tiene por qué estar observando todo lo que haces
- Cuando un cliente te da la razón en algo que llevas proponiéndole meses pero no admite que él estaba en contra al principio pero no quieres dejarle mal
Si es por mail puedes acariciar a tu gato mientras lo dices
- Cuando el cliente te dice que la competencia está poniendo fotos de cachorros y les va fenomenal pero intentas explicarle que un cachorro no pega en sus territorios de marca.
Al final acabas poniendo la foto. Del perro del cliente cuando era cachorro.
- Cuando es el tercer fin de semana consecutivo en el que un troll viene a fastidiar el Facebook de tu cliente.
Por supuesto, en tu mente se pronuncia «voy a ver cómo bloqueo a este tío sin que se entere»
- Cuando consigues una colaboración con ese mega influencer a un precio que tu cliente puede pagar.
Quería hacerlo a cambio de producto porque le chifla la marca
- Cuando llegan las 4.30 de la tarde y tienes que cerrar el ordenador para ir a por la prole al colegio (y sabes que no te quedan tareas pendientes para la noche)
Yo lo llamo «el camino de recuperar la fe en la humanidad»