El otro día hablando con una amiga me decía que trabajar de community manager es fácil porque solo hay que contestar a las menciones en redes sociales. Sin entrar en si mi trabajo es fácil o difícil (yo diría que esto va por personas, para unas es más fácil que para otras), sí que es verdad que mi tarea va más allá de contestar a las simples menciones porque de otra manera podría encontrarme con una crisis de comunicación de improviso.
Una parte importante de mi trabajo es monitorizar las redes sociales, ver qué se habla de las marcas que son mis clientes pero también de la competencia y de palabras afines. Por ejemplo, si tuviera un cliente que se llamara Bicicletas Martínez, tendría que monitorizar la palabra bicicleta, bici, bicicletas Martínez (aunque mi user fuera @bicimartinez porque no todo el mundo conoce el usuario oficial) y un par de marcas de la competencia. Supervisando las conversaciones que se den con estos términos puedo hacerme a la idea de si está habiendo algún problema con los productos de mi cliente o si la competencia está teniendo mucho éxito con una campaña que a mí no se me ha ocurrido.
En Facebook, además de estar atenta a los movimientos de mi propia página, también monitorizo algunas de la competencia y cualquier grupo donde piense que puede ser útil que esté presente mi marca. En el ejemplo de las bicicletas podría unirme a un grupo de cicloturismo o de competiciones, en función de dónde se encuentre mi público objetivo o de la estrategia que haya decidido seguir.
Por último, también recomiendo indagar en la web para ver de qué se está hablando, bien a través de una Google Alert que me envíe un mail cada vez que se mencione mi marca (o la competencia) o con una selección de lecturas de blogs en los que sea susceptible de aparecer mi cliente.
Como veis, más que difícil este trabajo requiere mucho tiempo para poder verlo todo. Otro día os cuento a fondo las herramientas que uso para monitorizar las redes sociales.
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